Un día de cólera, historia de una revuelta épica pero condenada al fracaso

He terminado de leer Un día de cólera, de Arturo Pérez Reverte. Me ha parecido un libro muy bueno. El escritor, con su habitual prosa fluida y bella, narra los acontecimientos ocurridos en Madrid el 2 de mayo de 1808, cuando el pueblo madrileño, harto de los abusos del ejército francés, que estaba ocupando España sin disparar un solo tiro, se rebeló contra las tropas del invencible Napoleón. Reverte recopila los nombres de los muchos héroes de ese día, junto con sus hazañas, y los aglutina e inserta en una historia que ya dice el autor que no es fiel al 100% a los hechos reales por el carácter novelado que enlaza esos acontecimientos, pero que se aproxima muchísimo a lo que pasó. Todo gracias a la enorme labor de documentación del escritor, que ha escarbado en toda clase de testimonios de la época.

Lo increíble de esa rebelión fue su carácter popular. No voy a poner los datos en oculto porque son de sobra conocidos si se ha estudiado Historia, pero si alquien no quiere leer, que no siga.

------------------------------------------------------------------------------

Madrid llevaba varios días en Deffcon 2, con el pueblo mostrando su animadversión de forma pacífica (abucheos y comentarios burlescos) a los franceses, que no ayudaban con su actitud altanera e incluso provocativa. Ante el rumor fundado de que los franceses se iban a llevar a Bayona al infantito Francisco de Paula (allí estaban casi todos los Borbones de la Familia Real española lamiéndole las botas a Napoleón ), el pueblo protestó y se congregó espontáneamente ante el Palacio Real. Es cierto que la primera sangre corrió por culpa de algunos exaltados, pero la respuesta de Murat, lugarteniente del Emperador en España, fue brutal. En vez de perseguir a los pocos culpables, las tropas abrieron fuego contra la multitud delante del Palacio Real y provocaron una matanza. Murat había acabado con varias revueltas así, pero en Madrid le salió el tiro por la culata. Al grito de "¡mueran los franceses!" y "¡que no quede un franchute vivo!", corrió la voz por la ciudad y todos los soldados que estaban en ella fueron atacados, y muchos asesinados. El pueblo (hombres, mujeres, niños y ancianos) utilizó palos, piedras, macetas, algunos trabucos y fusiles viejos y, sobre todo, navajas, las navajas de dos palmos que casi todos los hombres llevaban encima, abiertamente u ocultas.

A partir de entonces, fue un completo caos. Las tropas francesas entraban por las distintas Puertas de la capital, y el pueblo les hizo frente como pudo. Cañones, caballería e infantería bien armada contra miles de ciudadanos que suplían su falta de armamendo con su odio a su enemigo. Reverte incluye una frase de Chateubriand sobre el pueblo español en el comienzo de su novela que es muy explicativa: Lo mismo que la generosidad de este pueblo hacia los extranjeros no tiene límites, su venganza es terrible cuando se le traiciona. La ciudad se convirtió en un campo de batalla y los caballos de los coraceros y mamelucos resbalaban en la Puerta del Sol debido a la cantidad de sangre que manchaba el suelo. La gente huía y se refugiaba en los portales ante las cargas, y luego atacaban a los soldados que pillaban desprevenidos o en grupos reducidos.

¿Y las tropas españolas? En sus cuarteles y desarmadas (no tenían munición en sus armas) por orden de sus superiores y la Junta de Gobierno, sumisos a los franceses, o vendidos como decía el pueblo. Algunos soldados entregaron armas a la gente por encima de los muros de sus cuarteles, pero sólo unos pocos desertaron y se unieron a los sublevados, y ahí tuvieron especial importancia los capitanes de Artillería Daóiz y Velarde, que se pusieron al lado del pueblo atacado y lideraron la resistencia en el Cuartel de artillería de Monteleón, cerca de San Bernardo. Con sus hombres y muchos ciudadanos anónimos y no tan anónimos, con buen armamento, resistieron sucesivos ataques de los franceses y ocasionaron costosas pérdidas a sus enemigos hasta el punto de sacar de quicio a Murat, que no podía creerse que el mejor ejército del mundo, el conquistador de Europa, tardara tanto en controlar la ciudad.

Al final, la revuelta quedó aplastada y Murat se vengó con todo el pueblo, inocentes y culpables, con saqueos y los famosos fusilamientos que siguieron a ese episodio histórico y que también pintó Goya, igual que la revuelta. La gloria (y el sufrimiento, que siempre paga el mismo) fue para el pueblo y muchos personajes de la época quedaron retratados, para bien o para mal.

Reverte consigue con Un día de cólera transportarte al Madrid de 1808 y sufrir con los sublevados. Mi edición incluye un mapa de la ciudad en ese año que ayuda mucho.

Un saludo

PD: Entre los hechos horribles, hubo escenas que demostraron la enorme bondad de algunos individuos. Españoles que ponían a salvo a algunos soldados y oficiales escondiéndolos del pueblo, oficiales franceses que evitaron el fusilamiento de algunos condenados... Me quedo con el convento enfrente del cuartel de Monteleón donde por una puerta entraban los heridos de los españoles y por otra los de los franceses, las monjas cuidaban a todos por igual y se aceptó como zona neutral.
PD2: Todas las monjas cuidaban a los enfremos menos una, que encaramada en la tapia del convento, daba gritos de ánimos a los sublevados y atacaba a los franceses. No sé si eso es novelado o no, pero me hizo mucha gracia.
PD3: Es posible que sea histórico el hecho de que parte de los presos de un penal en medio de la ciudad se unieron a la revuelta y tras el fracaso de la misma, casi todos regresaron a la prisión como habían jurado a sus carceleros.

Un Día de cólera es bestial. Te entra una mala leche, unas ganas de ponerte a matar franceses...

Genial Reverte en esta obra, te sumerge en la historia como en ninguna otra de sus novelas. O será mi instinto de madrileño que se revuelve??

Es muy típico en la prosa de Reverte el mostrarnos la nobleza e hidalguía de parte del pueblo llano español en épocas pasadas. Algo así como "no tengo apenas cosas para dar, pero cuando doy mi palabra... Eso es sagrado!!"

A mi perez Reverte me encanta y en este libro una de las cosas que mas me gusto es conocer sucesos que pasaron casi en la puerta de mi casa ya que todo sucede en mi barrio.

Coincido con Turambar en que leyendo el libro te entran ganas de matar franceses. Y estoy de acuerdo con Darth Luis en que te mete mucho en la historia el que los hechos transcurran en Madrid. Yo no vivo en ese barrio, pero lo conozco bastante, que al fin y al cabo es el centro. Sí, ese centro enorme de Madrid que es tan grande como muchas ciudades.

Un saludo

PD: Lo de matar franceses es gracioso porque en otro libro de Arturo Pérez Reverte, El húsar, que transcurre en España poco después de esos hechos, tenía unas ganas bárbaras de que murieran el protagonista y sus compañeros. No diré si al final pasó o no.